15 diciembre 2010

¿y del futuro qué?

Interesante el debate que tenemos unos pocos en Twitter: ¿Cuál debería ser el objetivo final de una programación espacial? Da mucho que pensar, que revisar y que imaginar...

      Desde que el hombre fue capaz de pensar detenidamente en el medio que le rodeaba, siempre ha querido saber qué hay tras la siguiente colina, tras el siguiente río, montaña, lago, océano... la curiosidad es, indiscutiblemente, una característica innata del ser humano. Ahora, en estos tiempos que denominamos "modernos" (como muchos otros pensaron que eran los tiempos anteriormente), los objetivos crecen, así como crecen las expectativas y los sueños. Hoy los objetivos no son descubrir valles, islas, continentes... no, hoy los objetivos son descubrir galaxias, planetas, universos predecesores del nuestro... por otro lado, tratamos de escrutar el universo de lo infinitamente pequeño, habiendo superado las barreras del átomo, las partículas subatómicas y acercándonos a las que consideramos ahora partículas elementales (cuerdas), aunque no diría yo que ahí acaba todo. El ser humano, a pesar de las limitaciones que posee respecto a los sentidos, ha conseguido evolucionar tecnológicamente para ver más allá de lo humanamente posible, ahora somos capaces de ver el gran espectro de las radiaciones electromagnéticas mediante multitud de aparatos.

      El problema surge cuando con cada descubrimiento llegan infinidad de preguntas nuevas. Debemos esperar a poder ver, a poder comprender, aquello que, por limitaciones tecnológicas o de conocimiento, no somos capaces de escudriñar.

      Por todo esto, y volviendo al tema inicial de esta entrada, creo que el objetivo final de una programación espacial nunca podría ser fijado con total certeza; igual se empieza con un objetivo y se termina con otro totalmente distinto. Nadie imaginó que Colón se toparía con un nuevo continente cuando se embarcó en las Carabelas para llegar a las "Indias", pero así fue. Ahora la Voyayer-I ha salido del sistema solar, esta vez de la zona de influencia gravitacional del Sol, y los científicos del programa esperan poder medir las condiciones del espacio interestelar, lo cual proporcionaría una multitud de datos novedosos que conllevarán a una nueva visión del Universo al que pertenecemos y, ¡quién sabe que encontrarán!

     Podemos marcar unos objetivos, pero nunca podrán ser finales, ya que no podemos asumir que todo el Universo va a ser como nosotros lo percibimos actualmente, puede ser que sigamos equivocados respecto al mismo, al igual que lo estaba la humanidad antes que Copérnico lograra hacer ver a la comunidad científica que la teoría geocéntrica no era correcta, sino la heliocéntrica (esta teoría fuer reformulada por Copérnico, pero propuesta inicialmente por Aristarco de Samos).Recientemente hemos visto como se han abierto nuevas formas de entender la vida, organismos que son capaces de vivir con concentraciones elevadas de compuestos que son altamente tóxicos para la vida, como ha publicado la NASA (aunque está habiendo mucha polémica con dicha publicación).


     De todos modos, y dejo planteado el tema de la siguiente entrada, la humanidad dista mucho de asomarse al Universo, por lo menos no hasta que arregle sus "problemas internos", su notable antropocentrismo persistente, y avance como especie, como superorganismo. Tenemos que dejar de pensar que todo el Universo va a ser constante, parecido, basado en las leyes que conocemos y aceptamos, que la vida estará basada en los mismos elementos en los que se basa en la Tierra, debemos dejar de "mirarnos el ombligo" y avanzar.

A pasear se ha dicho... esta vez en sueños!